El capítulo final de «And Just Like That» marca el definitivo cierre de la historia de Carrie Bradshaw tras décadas en televisión. El episodio, titulado «Mesa para una», se parece más a las desastrosas películas de la franquicia que a la serie original que cautivó a varias generaciones de mujeres.
Puede que el reboot sea un error garrafal que haya fulminado el carácter gamberro y chispeante de «Sexo en Nueva York». Aún así, cuando saltó la noticia de que solo quedaban dos capítulos, el disgusto fue generalizado entre los fans que han visto cómo sus personajes favoritos se degradaban hasta caer en un ridículo.
Comparación con el final original
El final de «Sexo en Nueva York» llegó en 2004 y siguió la ley del mínimo común denominador. Con tramas feministas y revolucionarias a lo largo de sus seis temporadas, los guionistas prefirieron ser conservadores y le pusieron un novio a cada una de las cuatro amigas.
Esta vez, el showrunner Michael Patrick King lo tenía más complicado. Había que cerrar el círculo contentando al sistema «woke», pero procurándole a Carrie un broche a su altura tras el maltrato al que fue sometido el personaje desde que empezó «And Just Like That».
Críticas al desarrollo narrativo
El título del capítulo final resulta demasiado explícito para una serie conocida por sus diálogos cargados de ingenio y juegos de palabras. Los guionistas no han hilado fino últimamente, llegando incluso a matar por segunda vez al padre de Lisa en esta misma temporada.
Como señala La Voz de Galicia, el reboot no superó la ausencia de Kim Cattrall como Samantha Jones. Los personajes de Charlotte y Miranda se convirtieron en caricaturas de aquellas personalidades que habían conquistado al público originalmente.
Legado cultural que trasciende las deficiencias
La Razón destaca que la influencia de moda de Carrie Bradshaw fue creada mediante la estrategia de Patricia Field de mezclar lujo con hallazgos de segunda mano. Esta combinación de piezas vintage con tendencias contemporáneas estableció un legado cultural que perdura.
El capítulo pudo estar bien terminando con Carrie como soltera por elección. Pero la neoyorquina habla con tal condescendencia de su situación que sabes que a la mañana siguiente estará mirando vuelos a Londres para encontrarse con Duncan, el escritor bueno.
Al menos son de agradecer los guiños al pasado del capítulo. Las palabras de Carrie diciendo «Me casé porque me sentí la elegida» son música para muchos, porque en estos 40 minutos al menos hubo Big, Aidan, un tutú y moda a rabiar.
Fuentes utilizadas: "EuroPress", "La Voz de Galicia", "La Razón" Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.